La clasificación de las esponjas está basada en los materiales esqueléticos, que proporcionan el sostén a la esponja, es decir las espículas. Existen tres clases de poríferos (esponjas):
Calcisponjas, o esponjas calcáreas. Abarcan especies litorales, cuyas espículas son exclusivamente calcáreas.
Hexactinélidas, o esponjas silíceas. Comprende esponjas de aguas profundas, cuyas espículas silíceas, separadas o unidas entre si, forman redes esqueléticas de gran elegancia.
Demosponjas, o esponjas córneas. Comprende esponjas cuyo esqueleto tiene forma variable, y sus espículas son silíceas, o están compuestas de espongina (sustancia proteínica elástica córnea). A veces las espículas están también formadas por ambos componentes a la vez (sílice y espongina).
Calcisponjas, o esponjas calcáreas. Abarcan especies litorales, cuyas espículas son exclusivamente calcáreas.
Hexactinélidas, o esponjas silíceas. Comprende esponjas de aguas profundas, cuyas espículas silíceas, separadas o unidas entre si, forman redes esqueléticas de gran elegancia.
Demosponjas, o esponjas córneas. Comprende esponjas cuyo esqueleto tiene forma variable, y sus espículas son silíceas, o están compuestas de espongina (sustancia proteínica elástica córnea). A veces las espículas están también formadas por ambos componentes a la vez (sílice y espongina).
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